LA
COLECCIÓN DE EUCALYPTUS
El
actual Herbario “MAIA” procede de las colecciones del antiguo Instituto Forestal
de Investigaciones y Experiencias, constituidas esencialmente por muestras de
plantas leñosas de la flora española o cultivadas en
España. Entre estas últimas es notable la colección que se presenta, dedicada al
género Eucalyptus, que contiene 390
pliegos de 126 taxa específicos de este género
cultivados en España; incluye algunos ejemplares asignados a los géneros afines
Corymbia,
Angophora y
Symphyomyrtus, considerados por
muchos autores como subgéneros de Eucalyptus.
La
colección, iniciada hacia 1920, se incrementó especialmente a partir de los
viajes para los que fue comisionado el Ingeniero de Montes Manuel Martín Bolaños
para visitar en 1924 las
plantaciones existentes entonces en el Sur de España y, pocos años después, las
de varios países mediterráneos; su asistencia en 1952 al Congreso Internacional sobre Eucalyptus celebrado en Australia, le permitió además
conocer las poblaciones naturales de muchas de las especies de este género y
establecer relaciones con los principales expertos y centros de información.
Fruto de ese viaje fue, además, una rica colección de semillas contrastadas de
200 especies, que fueron distribuidas a diversas instituciones, viveros y
arboretos, entre otros al Centro Forestal de Lourizán
(Pontevedra), a la Jefatura Regional de Patrimonio Forestal del Estado en
Andalucía occidental (Sevilla), al Servicio de Explotación y Mejora de las zonas
áridas del SE Español y al Centro de Investigaciones y Experiencias Forestales
de Larache, en la zona de Protectorado Español de
Marruecos.
La
gran mayoría de las muestras presentadas en esta colección fueron recolectadas y
estudiadas por dicho ingeniero entre 1922 y 1966; a é hay que atribuir también
los 68 pliegos etiquetados sin fecha ni nombre de colector explícitos,
procedentes del arboreto de El Villar (Huelva). Del resto de las muestras, las
más antiguas se deben a D. Gil y a E. Caro, recogidas en el arboreto de Gaucín (Málaga). J. Duclós aportó
las obtenidas en su finca de Sierra Cabello (Huelva), cuyo gran interés mereció
una importante publicación de Martín Bolaños. Con este autor herborizaron A.
Rodríguez y A. Zuloaga, especialmente en Gaucín
(Málaga) y Guadacorte (Cádiz). F. Martínez Mata, J.
Elorrieta y J. Echevarría recogieron muestras en la estación de Lanjarón (Granada); las enviadas por Ruiz de la Torre desde
Larache corresponden a plantas de vivero obtenidas a
partir de las semillas traídas de Australia por Martín Bolaños. Dos muestras de
Argelia se deben a R. Maire. Algunas muestras de
Madrid, Guadalajara y Guardamar fueron herborizadas
por J. Ruiz del Castillo. Otras aportaciones se deben, en fin, a M. Prats y R.
Benito (Galicia), L. Bustamante (Cantabria) y J. de Arana
(Baleares).
A
la jubilación en 1966 de Martín Bolaños, jefe hasta entonces de la sección de
Botánica, sucedieron varios hechos que paralizaron la actividad en el herbario e
hicieron difícil su atención, como fueron sucesivamente: la supresión de la
sección, el fin del IFIE y la trasferencia parcial a la Comunidad de Madrid.
Junto a estos hechos, la influencia de
cierto tipo de ecologismo alentó en esos años una mentalidad que contribuyó al
abandono de los estudios sobre Eucalyptus. El
rescate, reagrupación y ordenación de la colección, lejos ya de sus creadores,
se hicieron difíciles y en muchos casos problemáticos; no obstante fue conservada, ordenada y,
finalmente, informatizada.
Actualmente
la colección se custodia en las instalaciones del INIA. Los pliegos presentan los datos
originales, incluyendo en muchos casos etiquetas de campo con notas y
observaciones de interés. En las décadas de los 40 y 50 del pasado siglo se
procedió a la protección contra plagas mediante la inmersión de los pliegos en
sublimado corrosivo, como consta en
la etiqueta con el signo y leyenda de “envenenado”; esta práctica se abandonó
más tarde, principalmente por la
toxicidad del producto; por otra parte la actual disposición de los pliegos en
cajas estancas, y éstas en armarios metálicos, reducen mucho los riesgos de
ataques y simplifican los tratamientos preventivos. Se ha respetado la taxonomía
utilizada por los recolectores en cada momento, lo que en algún caso puede dar
lugar a más de una entrada para una misma especie, debido a la utilización de
unos u otros sinónimos. Los pliegos contienen en algunos casos fragmentos de
corteza del pie herborizado, frutos y, con frecuencia, sobres con semillas, si
bien éstas – de tamaño diminuto en el género – no son visibles en la
digitalización efectuada. La ampliación de la imagen permite distinguir en casi
todos los casos muchos de los elementos útiles o necesarios para la
identificación: tipos y tamaños de hojas, nerviaciones, disposición de las yemas
florales, forma de cálices y opérculos, frutos con sus valvas y disco, etc. Se
ha añadido a cada pliego una escala milimétrica de referencia, para la
comparación de magnitudes.
Queda
así expuesta para el investigador o el simple interesado una colección de 590
fotografías digitales que creemos de interés, por reunir una buena parte de las
700 o 800 especies, según criterios, de este género tan rico y complicado.
Jacobo Ruiz del Castillo y Navascués
A
parte de la colección que se expone, existe además un conjunto numeroso de
pliegos preparados de “eucaliptos en estudio”, pendientes de una futura
clasificación para su incorporación al herbario. Su interés reside, en gran
parte, precisamente en la dificultad que para sus colectores supuso la
identificación de las especies.